La Voz de Galicia 08/10/2020 / El hospital Arquitecto Marcide cuenta con un aula hospitalaria a la que cada día acuden los pequeños que están ingresados. La pandemia trastocó el completo horario que se seguía en este espacio de juegos y de alivio para casi todos los pequeños. Y es que casi cada jornada llegaban invitados como los de la Asociación Adra, que leían cuentos y tramaban historias con los pequeños; personal de Cruz Roja que ideaban decenas de actividades, en especial manualidades, para trabajar las habilidades de los menores y hasta clases de anatomía de la mano de un profesor de Enfermería o mundos de papel gracias a Scrabooking Ferrolterra. Todos los coordina la profesora de esta escuela especial, que se llama Pilar Porta y que ya trabaja en nuevos fórmulas para que todas estas actividades regresen pronto. Por ahora no podrán llevarse a cabo y por eso el CHUF quiso reunir ayer a los voluntarios para agradecerles su labor.
«Aunque estuvieran malitos se alegraban»
Ángela Sixto Filgueira (Adra Ferrol) y María Luz Puentes López son de las muchas voluntarias que durante doce años han pasado los cursos contando cuentos o tramando fiestas, como las del Carnaval:
«Con orejas que nos hacían la cocina del hospital y todo, lo pasábamos muy bien, porque no nos faltaba de nada», explica Ángela sobre una actividad que a veces tenía que adaptarse al estado de los pequeños. «Aunque estuvieran malitos se alegraban siempre y nosotras sentíamos un alegría especial por verlos sonreír», cuenta sobre una labor que su entidad presta desde hace doce años y que respalda el área de Humanización del Marcide. Las medidas del covid obligan a aplazarla, como también se realizan los ingresos imprescindibles de menores, pero la profesora del aula prometió soluciones seguras para continuar con esta tarea.